Las pacientes le tienen un miedo comprensible a la anestesia. Cuando se trata de la liposucción, la anestesia que podemos proporcionar varía dependiendo del objetivo del procedimiento. Por ejemplo, si tienes un área muy pequeña de exceso de grasa, como por ejemplo, un depósito de grasa localizado, esta área se puede corregir con una liposucción localizada bajo anestesia local. Cuanta más grasa se deba eliminar, menor será la posibilidad de que puedas realizarte la liposucción bajo anestesia local. La lidocaína es un medicamento anestésico, que en concentraciones muy altas puede ser tóxico y causar arritmia y muerte. El cirujano debe usar su juicio para determinar qué tipo de anestesia será la más apropiada para ti. En mi práctica, el 99% de las pacientes se realizan la liposucción bajo anestesia general; la razón de ello es que todas las técnicas con curvas requieren una cantidad significativa de liposucción con el fin de esculpir el cuerpo. Por ejemplo, si tenemos que realizar la liposucción en el área de la cintura, una cantidad significativa de grasa necesita ser eliminada. Bajo anestesia local, no podrás soportar el movimiento de ida y vuelta del tubo pequeño llamado cánula que se requiere para succionar toda la grasa. Es mi recomendación que siempre que la liposucción se realice para un procedimiento con curvas, el uso de la anestesia general es la mejor opción. Los anestésicos generales te duermen, pero en realidad son extremadamente seguros, ya que los signos vitales serán monitoreados, por lo que hay una muy pequeña posibilidad de que algo malo pueda suceder. El cirujano controla cuánta anestesia tumescente se administra. Al mismo tiempo, la anestesia general le permite al cirujano realizar un trabajo maravilloso, asegurándose de que te sientas cómoda durante el procedimiento para así obtener los mejores resultados.