La reducción de senos es la cirugía plástica que se realiza para reducir el tamaño de los senos demasiado grandes cuando afectan la calidad de vida de la paciente. Esto significa que, para ser elegible para el procedimiento, usted debe estar afectada por la hipertrofia de los senos o por el sobredesarrollo del tejido glandular de los senos. El procedimiento es el único método disponible hoy en día que puede ayudar a aliviar las múltiples molestias asociadas con los senos de un tamaño muy grande. Implica la eliminación quirúrgica del tejido glandular y también de la envoltura cutánea en exceso de los senos. El procedimiento puede eliminar unos pocos cientos de gramos de tejido glandular y glándula mamaria, dependiendo de la gravedad de la condición y de los resultados deseados que la paciente espera lograr. Además, dependiendo de la cantidad de tejido a extraer, el cirujano plástico optará por una u otra técnica quirúrgica.
La reducción de senos dejará cicatrices, como cualquier otra cirugía. Debido a que el procedimiento es complejo, habrá al menos dos cicatrices en cada seno. En general, las cicatrices se colocan alrededor de la areola (cicatrices periareolares) y luego verticalmente hacia el surco inframamario. En casos severos, otra incisión ocurrirá en el surco inframamario, horizontalmente. Cada cirujano prefiere una técnica determinada, y dependiendo de la anatomía de la paciente, elegirá lo que crea mejor y dejará la menor cantidad de cicatrices con los mejores resultados estéticos.
Al acudir a la consulta preoperatoria para la cirugía de reducción de senos, muchas pacientes desean saber si se pueden evitar las cicatrices. Para estar satisfecha con los resultados, es esencial entender que quedarán cicatrices. En algunos casos, pueden ser bastante significativas. Todo esto depende de la cantidad de tejido que se vaya a extirpar, por lo que, en términos generales, cuanto más grave sea la hipertrofia de los senos, mayores serán las probabilidades de que queden cicatrices más grandes en los senos.
Sin embargo, esto no significa que las cicatrices serán visibles. Cuando un cirujano plástico talentoso, certificado y experimentado realiza una cirugía de reducción de senos, hay buenas probabilidades de que las cicatrices no sean visibles cuando la paciente usa algo como un traje de baño o un sostén normal. Sin embargo, la reducción de senos es una cirugía plástica, y un cirujano plástico experimentado y responsable prestará atención a la apariencia de las cicatrices.
Además, la paciente necesita seguir ciertas recomendaciones postoperatorias para evitar que le queden cicatrices más anchas o de aspecto desagradable. Entre otras cosas, se debe evitar a toda costa dormir boca abajo durante al menos tres semanas después de la operación. Fumar también puede afectar el proceso de cicatrización, por lo que es esencial dejar de fumar dos o tres semanas antes de la reducción de senos y permanecer como no fumadora durante el mismo tiempo después del procedimiento. Esto reduce las posibilidades de que se abran las heridas, se produzca necrosis de la piel y se desarrolle una infección.