Hoy en día, hay muchos tipos de cirugía plástica disponibles. Cada uno de ellos puede ayudar a las personas a mejorar la forma en la que lucen. Sin importar el tipo de cirugía plástica a la que se someta, existen una serie de normas y guías con la finalidad de asegurar que la cirugía sea un éxito con resultados positivos.
Durante su consulta inicial con el cirujano, los pacientes son evaluados para determinar si la cirugía es adecuada para ellos y si su cuerpo puede aguantar el procedimiento. Asimismo, la historia médica del paciente es requerida para verificar si el paciente está tomando medicamentos que pueden interferir con la cirugía. Determinados medicamentos están contraindicados antes de la cirugía debido a que pueden causar complicaciones fatales como un sangrado excesivo. Esta es la razón por la que los pacientes deben tener cuidado con respecto a lo que toman antes de la cirugía.
Las medicaciones deben ser evitadas tanto antes como después de la cirugía. También deben evadirse los medicamentos prescritos y de venta libre con el fin de prevenir el sangrado excesivo durante y después de la cirugía. Estos medicamentos tienen un efecto sobre la capacidad de la sangre a coagularse.
Todo tipo de aspirinas deben dejar de tomarse antes de la cirugía. Si la aspirina es verdaderamente necesaria para el paciente, una dosis baja puede ser prescrita dependiendo de la condición del paciente. El cirujano discutirá las medidas necesarias que el paciente tiene que hacer para asegurarse de detener o reducir la dosis sin ponerse en peligro.
A parte de las aspirinas, también existen anticoagulantes que son usados por algunos pacientes. Medicamentos como coumadina y warfarina no son usados antes y después de la cirugía porque previene la formación de coagulación de sangre. Cuando la coagulación de sangre no se forma fácilmente, existe un gran riesgo de que el paciente sangre de forma excesiva. Aunque el sangrado no sea visible, podría ocurrir internamente en el cuerpo lo que es igual de peligroso y podría incluso ser fatal.
Aquellos medicamentos que no son necesariamente utilizados para detener la coagulación de sangre, pero que tienen otros propósitos puede que igual tengan un efecto. Medicamentos para el dolor como celecoxib, acido mefenámico, ibuprofeno y muchos otros también deben ser evitados. Incluso si estos medicamentos están disponibles por venta libre o sin prescripción, estos pueden ser peligrosos si los pacientes los usan antes de la cirugía.
Lo mejor es que los pacientes comuniquen todos los medicamentos que están consumiendo para que los cirujanos puedan tomarlo en cuenta. Ellos pueden ordenarle que detenga el uso del medicamento, lo sustituya por algún otro, o no le permite realizarse el procedimiento. El riesgo de un sangrado excesivo debido a los medicamentos es alto, y los cirujanos no quieren poner en riesgo la vida de los pacientes. Los pacientes deberían asegurarse de no tomar ninguna medicación antes de la cirugía si los cirujanos no conocen al respecto. Los analgésicos de venta libre pueden parecer inofensivos, pero ellos incluso pueden causar complicaciones durante y después de la cirugía.