Existen dos tipos de material de relleno para implantes mamarios. Existe el implante salino, que está relleno esencialmente de agua, y el implante de silicona, que está relleno con gel de silicona de grado médico. Está universalmente aceptado que los implantes de silicona tienen una mayor tasa de contractura capsular, comparado a los implantes salinos. Algunos atribuyen esta diferencia a lo que se denomina sangrado de gel de silicona. A nivel molecular, las moléculas de silicona pueden viajar lentamente a través de la bolsa de silicona, generando una inflamación crónica que induce fibrosis y contribuye a la contractura. Las empresas continúan diseñando nuevos implantes de bajo sangrado y que son profundamente cohesivos, para disminuir el nivel de sangrado de silicona. Esto no ocurre con los implantes salinos, ya que el agua en ellos no reacciona en el cuerpo.
Si observamos la evolución de los implantes de silicona, los más recientemente es que las empresas han sacado al mercado el implante “osito de goma”. Esto son implantes altamente cohesivos con bajas tasas de sangrado, y estudios tempranos han mostrado que la tasa de contractura capsular para estos implantes, dentro de tres años, es cercana a la tasa de implantes salinos. Este implante altamente cohesivo no sangra como el implante de gel líquido estándar que usábamos en el pasado. Esto puede mejorar la satisfacción de la paciente y disminuir la cantidad de contractura capsular que la paciente pudiese tener en el futuro.