Desde hace muchos años, las mujeres han comenzado a someterse a procedimientos de reducción de senos principalmente debido a los problemas de salud que pueden causar los senos pesados y grandes. Los senos sufren transformaciones de tamaño y forma a lo largo de la vida de la mujer debido a muchos factores como la genética, los desequilibrios hormonales, el embarazo y la lactancia materna, y el proceso natural de envejecimiento.
Los problemas funcionales y estéticos debidos al gran tamaño de los senos pueden ocurrir incluso desde una edad temprana, pero también pueden crear molestias para las mujeres más maduras. Reducir el tamaño de los senos es una decisión personal, como es el caso de someterse a cualquier otro tipo de intervención de cirugía plástica; sin embargo, también puede haber una fuerte indicación médica para el procedimiento. A menudo, este es el caso de las pacientes con un hiperdesarrollo de los senos que hace que la vida diaria sea una lucha para ellas. Los senos demasiado grandes a menudo se asocian con problemas funcionales, modificaciones en la postura corporal, dolor, condiciones dermatológicas, así como molestias físicas y emocionales.
El procedimiento es bastante común hoy en día y proporciona buenos resultados en la gran mayoría de los casos. Sin embargo, al igual que cualquier otro procedimiento quirúrgico, puede conllevar ciertos riesgos y complicaciones. Entre estos riesgos se encuentra la infección.
La infección es una complicación que teóricamente puede ocurrir después de cualquier tipo de intervención quirúrgica. La cirugía de reducción de senos implica incisiones significativas para permitir al cirujano plástico eliminar la cantidad de glándula mamaria en exceso. La infección puede ocurrir en las incisiones que deja la cirugía. La mayoría de los cirujanos plásticos realizarán la cirugía de reducción de senos con la paciente bajo anestesia general y conectada a una vía intravenosa que también contendrá antibióticos. Además, el cirujano plástico a menudo prescribe antibióticos durante cinco días después de la operación con exactamente el mismo propósito en mente: prevenir una posible infección. Si no se sigue este protocolo o si las condiciones en el quirófano no están a la altura del estándar, puede ocurrir una infección en los días siguientes a la intervención. La falta de cuidado adecuado de las heridas por parte del paciente también puede desencadenar una infección.
Para evitar que la infección se agrave, es importante que el paciente la reporte incluso desde los primeros signos. Esto significa que si usted está experimentando fiebre alta, dolor intenso en los senos, enrojecimiento o pus proveniente de las incisiones, debe contactar al cirujano plástico o a su médico inmediatamente.
El tratamiento común para la infección son los antibióticos que serán prescritos por el cirujano plástico o su médico. La infección puede desencadenar complicaciones potencialmente mortales, así que asegúrese de ponerse en contacto con su cirujano plástico tan pronto como note cualquier síntoma de infección o si está experimentando efectos secundarios que no fueron discutidos antes del procedimiento. También es importante no estar solo en casa durante las primeras 24 a 48 horas después de la cirugía de reducción de senos.