La apariencia es de gran importancia para personas jóvenes, especialmente en la era de las redes sociales. El deseo de aceptación social es mayor durante la adolescencia, pero también deja a los adolescentes propensos a la sensibilidad y falta de confianza.
Cambiar el cuerpo con la ayuda de la cirugía plástica es una elección atractiva para adultos jóvenes que tienen dificultades integrándose en la sociedad debido a imperfecciones en su apariencia. Sin embargo, estas personas deben entender las repercusiones de someterse a cirugía plástica. Es responsabilidad del cirujano evaluar si la solicitud del paciente joven será para su propio bien.
Cuando la cirugía es rechazada
El cirujano plástico tiene el derecho e incluso la responsabilidad de negarse a realizar una intervención si él lo considera inapropiado, especialmente si no hay una razón médica legítima para hacerlo o si el paciente tiene expectativas poco realistas.
Durante la consulta inicial, el cirujano debe evaluar si el paciente está emocionalmente estable y dispuesto a someterse a cirugía por las razones correctas. En algunos casos, son los padres los que quieren realizar el procedimiento en su hijo, más que todo para corregir defectos mínimos o moderados. Aunque los padres solo quieren lo mejor para sus hijos, la decisión de someterse a cirugía debe ser únicamente del paciente.
Un ejemplo es un padre que desea que su hija se someta a una reducción de senos para que así su hija pueda perseguir una carrera en los deportes. La joven no estaba dispuesta a someterse a la cirugía y estaba preocupada sobre las complicaciones potenciales a largo plazo, tales como las transformaciones que pueden ocurrir en su cuerpo y la posibilidad de no poder lactar en el futuro. Este conflicto de interés entre el padre y el hijo es suficiente para que el cirujano niegue el procedimiento.
También hay madres que quieren que sus hijas persigan una carrera en la industria del entretenimiento o la moda. Sin embargo, los implantes de senos no pueden realizarse en pacientes que tengan menos de 18 años de edad. Solo los pacientes que sean lo suficientemente adultos para dar su propio consentimiento son elegibles para este procedimiento.
Aparte de los deseos de sus padres, también hay adolescentes que desean someterse a cirugía plástica como resultado de una mala percepción personal. El cirujano podría solicitarle al paciente consultar primero a un psicólogo para asegurar la salud mental del joven. Hay casos en donde los pacientes podrían solicitar una liposucción o una abdominoplastia incluso si hay muy poca grasa presente en sus cuerpos. Esto podría ser una indicación de bulimia o anorexia, y se les recomienda a los padres buscar ayuda y asesoramiento para sus hijos lo antes posible.
El cirujano podría negarse a realizar un procedimiento si el paciente se está sometiendo a una cirugía plástica simplemente para imitar la apariencia de personas famosas u otra persona. Por ejemplo, Las cirugías de nariz son frecuentemente solicitadas.
Cuando la cirugía es aceptada
Las únicas veces que una cirugía plástica es realizada en un menor es cuando un defecto físico mayor está presente, causando un trastorno físico o psicológico persistente al paciente. Los casos más comunes incluyen reducción de senos o correcciones faciales (nariz, oídos, barbilla, etc.)
A pesar de esto, sigue siendo responsabilidad del cirujano tomar todas las medidas preventivas y discutir el tema detalladamente con el paciente y los padres. Todas las partes involucradas deben estar de acuerdo en la necesidad de la intervención. Los padres y el paciente también deben estar completamente conscientes y preparados para lidiar con los riesgos y complicaciones potenciales involucradas en la cirugía.
Conclusión
La cirugía plástica para adolescentes nunca debe tomarse a la ligera, incluso cuando haya fuertes argumentos anatómicos. El cirujano plástico necesita estar seguro de que el paciente es lo suficientemente maduro para entender y tener razones serias para querer someterse a cirugía plástica.
Un cirujano plástico responsable nunca debe operar en un adolescente que no esté completamente consciente de qué esperar después de la cirugía o si no está dispuesto a aceptar los efectos secundarios de la intervención, incluso si la familia lo presiona. Es esencial para los pacientes y sus padres entender que tener a un cirujano plástico certificado para realizar la intervención es esencial para el éxito del procedimiento.